Por muchos años, tal vez desde mi adolescencia, perseguí el sueño de la perfección física. Quería, como
muchas adolescentes, ser hermosa y admirada; crecí en una isla al lado de la playa donde tienes que
mostrar mucha piel; y ¿sabes una cosa? Era algo rellenita. Si, así es, rellenita; ahí comenzó mi viaje a
través de las “dietas locas” para bajar de peso.
Pensaríamos que al crecer esto termina, pero no, la verdad es que empeoró y ya en este punto mi
tiroides había sufrido las consecuencias de bajar y subir de peso, te preguntarás qué métodos intente; te
cuento que fueron todos. Literal todos; los seguros y los no seguros, las pastillas, los batidos, pasar
hambre, comer solo atún con piña y mil locuras más, pero nunca conseguí lo que estaba buscando y te
preguntarás, ¿por qué?
Es más sencillo de lo que en el momento pareció para mí. La verdad es que buscaba arreglar el exterior y
no había revisado mi interior. Si, así es, no había buscado dentro y descubierto que tenía una imagen
errada de mi cuerpo y una relación tormentosa con la comida; me escondía para comer hasta sentirme
mal físicamente pero aún más emocionalmente.
Si, así como lo oyes, los atracones de comida, eran parte de mi vida y eran más habituales cada día,
sobre todo en las noches y por supuesto después me sentía descompuesta físicamente pero aún más
emocionalmente.
Sé que hay muchas personas que, como yo, tienen mala relación con su cuerpo y la comida, y como no
es una condición o enfermedad, los demás solo te dicen: “¡Es que tienes que controlarte!” Pero nadie
sabe por lo que tienes que atravesar.
Las buenas noticias son que, sí se puede solucionar; es más sencillo de lo que realmente te imaginas. Se
trata de aprender a mirar dentro de ti con ojos de verdadero amor. Porque cuando haces las pases con
el espejo y empiezas a disfrutar lo que comes, pero sobre todo conectas tu cuerpo, con tu corazón para
aprender a escucharlo, descubres que el verdadero secreto está ahí; aprendes a amar lo que es y a
relacionarte adecuadamente con la comida y con lo que piensas de ti.
Esta pequeña historia es para decirte que no estás solo y que aquí iniciaremos un viaje a través de esas
herramientas que tanto me sirvieron a mi y que hoy quiero compartir contigo, así que sigue conectado
conmigo y juntos recorreremos este camino y descubriremos nuestra verdadera perfección que está
dentro esperando a ser vista.
Un abrazo de amor ❤️❤️
Patty Luna